miércoles, 1 de septiembre de 2010

¿Cuál es el problema?

    El reloj me decía que eran las 23.35 horas mientras que el calendario señalaba un día sábado de tormenta eléctrica. Mis padres habían salido a una fiesta ochentera.
- ¿Te dejo en casa de tu abuelita?
- No, gracias mamá. Me puedo quedar sola sin ningún problema.
    Tenía a mi haber el primer record de 2 horas de permanencia absolutamente sola, es decir, casi. La Titi me acompañaba con su ronroneo a los pies de la cama. Ella, yo, la terlevisión y unas palomitas de maiz,¡Qué más podía pedir!
    Al principio fueron unos débiles golpecitos. Me hice la desentendida y subí el volumen de la tele. Luego alguien subía las escaleras. Corrí a cerrar la puerta del dormitorio y le hice más cariño a la gata para que ronroneara más fuerte.
    La pausa, el silencio de la pantalla y la gatita durmiendo sólo produjo que los latidos de mi corazón se escucharan potentemente, entonces los audífonos y la música solucionaban el instante de miedo.
    Sentí y vi un par de murciélagos que  intentaban entrar por la ventana. Desperté a la felina, bostezó y volvió a cerrar los ojos. Yo la imité.
    A las 02.30 horas  divisé cinco espectros dentro de mi habitación.Tomé el rosario, me cubrí con las frazadas completamente y aunque me asfixiaba soporté.
   -¡Hola hija! ¿Estás despierta?. ¡Apague la luz!
   -¡Mamá!
     La mami subió y me felicitó. Eres grande ya no te asustas. Recibí el abrazo y el mensaje y ahora sentía un gran alivio hasta que mi papá habló desde el primer piso.
   - ¡Bien hija. Te aviso desde ya que el próximo sábado saldremos con tu madre!
   -¿Te quedas solita?

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